Cuando aprendes a quererte,dejas de mendigar amor para no estar sola. Eres capaz de elegir con quién sí y con quién no.
Ya no necesitas llenar vacíos porque disfrutas de tu compañía.
Cuando aprendes a quererte, cuidas de ti, valoras tu tiempo y energía y se lo dedicas solo a las personas que pueden apreciarlo.
Ya no necesitas su aprobación porque te apruebas a ti misma.
Cuando aprendes a quererte, empiezas a poner límites a todas esas personas y situaciones que no son beneficiosas en tu vida.
Ya no quieres sentirte lastimada y dices ‘NO’ a todo aquello que te daña.
Cuando aprendes a quererte, te das cuenta de lo poco que te querías y te perdonas por todo aquello que consentiste.
Ya no te culpas ni te castigas, te comprendes, te apoyas y te das ese amor tan grande que antes regalabas a los demás.
Cuando aprendes a quererte te conviertes en una persona más auténtica, más segura y más feliz.
(Teresa Pastor L. )
